Riesgos de llevar el parabrisas roto
¡Tu seguridad corre peligro!
Si bien el vidrio que compone el parabrisas suele ser de tipo laminado ―es decir, dos capas de cristal separadas por una lámina de plástico que las une―, este puede recibir daños igual rasgándose. Circular con un parabrisas roto, aunque sea por un pequeño orificio a priori imperceptible, es tentar a la suerte: el vidrio rajado queda realmente debilitado, lo que lo convierte en más vulnerable y susceptible de expandirse. Tan solo con un cambio de temperatura o con la circulación por una vía algo irregular o con baches, el tamaño de la grieta puede aumentar.
Así pues, pese a que es bastante obvio que circular con una grieta en el parabrisas no es buena idea, es necesario seguirlo recalcando. Conducir con un parabrisas agrietado afecta a la propia conducción y reduce la visibilidad, además de propiciar mayor fragilidad durante un choque o colisión. Asimismo, es motivo de sanción económica.